Seminario del Campo Freudiano - Sección La Plata de la EOL

Incidencias memorables

Por Ludmila Malischevski (ICdeBA)

Es un gusto enorme estar aquí esta noche con colegas amigos. Presentar un libro debe ser de las invitaciones más lindas que podemos recibir en la comunidad analítica, y más cuando se trata de un libro extraordinario como este. Así que estoy muy agradecida porque aprendí mucho de la lectura y porque también estoy en un momento muy particular de mi vida y me trajeron de vuelta a las pistas. Así que gracias por eso también. Les voy a contar lo que en mi lectura resaltó especialmente de las conferencias de Ricardo Seldes y de Vicente Palomera, dictadas en 2020 sobre “El inconsciente freudiano, el nuestro y el actual”.

1. De la conferencia de Seldes titulada: “¿Qué hay de nuevo, viejo?” me interesó la cuestión de las incidencias memorables que se producen en la experiencia de un análisis. ¿Qué son las incidencias memorables (título de las X Jornadas Anuales de la Eol)? Se trata de ciertas interpretaciones que han tenido una incidencia que no se olvida, momentos que son para siempre. Es algo que surge inesperadamente, hasta podría decirse como un accidente. “En nuestra práctica la instauración de una regularidad nos permite revelar el valor de la incidencia en tanto para poder captar la tyché necesitamos un automaton. Porque si no, nunca nos daríamos cuenta de que se trata de la tyché, de un encuentro con lo nuevo, con lo diferente, con lo real, dirá Lacan. Entonces, nos referimos a las incidencias en tanto imprevistas porque es cierto que en psicoanálisis aguardamos la tyché, la esperamos, pero cuando se produce no es en el lugar esperado”.[1] Es como decía Roman Jakobson y recordaba Germán García: “El estilo es la decepción de una espera”.

Entonces, ¿Cómo puede la interpretación convertirse en una incidencia memorable?

“La interpretación analítica es esencialmente temporal. No puede ser dicha en cualquier momento o en cualquier contexto, se inscribe bajo una dimensión específica que es la de la sorpresa. (…) Pero si no sorprende, si no aparece un poco de costado del lugar en la que se espera no se despliega ese factor libidinal, que es el que despierta”.[2] La paradoja reside en que la interpretación no es un acontecimiento imprevisto y al mismo tiempo es un acontecimiento imprevisto, se espera, pero tiene ese carácter de imprevisto en el tiempo, de regularidad y espera.

Es la diferencia que hay entre lo que es el inconsciente repetición (que implica el automaton de las leyes de la compulsión donde el sujeto es esclavo) y el inconsciente hallazgo que está del lado de la discontinuidad. Esta temporalidad implica que el analista pueda hacer cierto cálculo de la interpretación, qué interpretar, qué dejar pasar, ya que como dice Seldes ” tenemos que captar cuáles son esos significantes de lalengua y cuando digo lalengua lo digo a propósito, no digo qué lenguaje hablan, qué lengua hablan, en el sentido que uno puede ir captando en cada oportunidad algunos significantes que tienen cierto peso propio, ubicando por qué se repiten, por qué se eluden, por qué se incluyen en un equívoco, es decir que son ciertos significantes que ya tienen peso libidinal. Y en el encuentro con el analista en el cálculo de la interpretación uno también tiene presente esos ciertos significantes, uno no se acuerda todo lo que le dicen los pacientes, pero siempre queda algún significante ahí”.[3]

2. Siguiendo con este hilo, presentaré algunas cuestiones de la conferencia de Vicente Palomera titulada: “Tachaduras”.

Palomera introduce el cambio que se produce en la enseñanza de Lacan en los años setenta al plantear que el registro simbólico no sólo crea agujeros en lo real, sino que también está agujereado. El famoso aforismo “no hay relación sexual” designa justamente ese agujero irreductible, esa falta irremediable “de un significante que capitonaría el goce ordenado de lo simbólico”.[4] Este es tema del próximo Congreso de la AMP 2025 y en estas conferencias hay dos puntuaciones que son perlitas para acercarse al tema. No las voy a desarrollar pero les dejo las páginas señaladas a quien le pueda interesar: Palomera (pp. 163-164) y Seldes (p.150).

Retomo, es en ese contexto que se sirve del escrito de Lacan “Lituratierra” para esclarecer el concepto de “la letra”. ¿Y qué es la letra? Es un cuenco que aloja y fija el goce. Lo cito: “Lacan la sitúa en el borde entre el saber y el goce. La letra es litoral entre lo simbólico y lo real del goce, es lo que permite nombrar el plus de goce, es el nombre del significante plus de goce, que alberga al goce y en ese punto es lo más vivo del sujeto. Es el significante que toca, muerde lo real, pero no hace cadena, se aísla de la cadena, la letra comanda la cadena pero se separa de la cadena; es, en definitiva, el significante condensador de goce”.[5]

Ahora bien, ¿por qué en la práctica analítica apuntamos a producir la letra? Y ¿qué inconsciente está en juego allí?

Dice Palomera que los S1, estas letras, se despejan casi al final del análisis, una vez que uno ha atravesado las vueltas dichas y donde se han despejado algunos significantes que condensan el goce. Para ello primero es necesario pasar por el inconsciente transferencial, “pasar por los S1 (S1(S1…), verdaderas “lettres en souffrance”, que van a la búsqueda de un S2″.[6]

“Lacan busca un más allá de Freud, más allá del inconsciente de Freud, para ir a lo que llama equívoco fundamental del sujeto que es la Una equivocación, ahí es donde entramos en lo real del inconsciente, donde no hay ninguna solidaridad más con lo imaginario, con una significación, queda reducido a una letra que encapsula, que recibe, que se hace depositaria del goce del sujeto”.[7]

Para concluir, cuando hablamos de la letra despejada al final del análisis, ¿qué goce aloja? Pienso que el goce del sinthome, la nueva trayectoria del síntoma por la cual la pulsión se satisface, pero suelta del objeto del fantasma. Esa letra da cuenta de la transformación operada en el régimen del goce del analizante, lo que implica el pasaje del sufrimiento a la satisfacción.


NOTAS

  1. Seldes, R. ¿Qué hay de nuevo, viejo? La práctica analítica entre real y ficción. Grama. Bs. As. 2024. P.144.
  2. Ibid. P.146.
  3. Ibid. p. 155.
  4. Palomera, V. “Tachaduras”. La práctica analítica entre real y ficción. Grama. Bs. As. 2024. P. 164.
  5. Ibid. p. 171.
  6. Ibid. p. 172.
  7. Ibid. p.180.

Agenda

Marzo

Inicio de clases: Sábado 15 de marzo a las 11 hs.
Mesa de apertura: "El caso entre real y ficción" 11 hs.
Marina Recalde, Patricio Alvarez, María Laura Errecarte y Belén Zubillaga.

Miércoles 19

– Taller de Escritura: 15.30 a 17 hs
– Introducción al método psicoanalítico: 17 a 18.30 hs
– Lo que la clínica de psicosis enseña al psicoanálisis: 18.30 a 20 hs

Sábado 22

– Casuística comisión 2: 11 a 12:30 hs

Miércoles 26

– Casuística comisión 1: 17 a 18.30 hs
– Lo que la clínica con niños enseña al psicoanálisis: 18.30 a 20 hs