Daniel Millas
Reseña
El pasado sábado 16 de noviembre, con el título “La perspectiva de la práctica y su contemporaneidad”, Daniel Millas nos transmitió una lectura política del quehacer del analista en este siglo XXI.
Situó en el contexto social contemporáneo, la existencia de fenómenos de segregación creciente en los que se constata el retorno de lo real rechazado, y en los que, paradójicamente, bajo la invocación del derecho y la justicia, se apunta a la denuncia y la práctica de la cancelación como un estilo de reivindicación que sitúa al sujeto en el lugar de la víctima.
Señaló que en tanto practicantes, tenemos que aprender a dirigirnos a los representantes de otros discursos, ser sumisos a lalengua del Otro, pero con el fin de volvernos subversivos, sirviéndonos de los principios mismos del discurso analítico.
A partir del concepto de discurso como lazo social, examinó la incidencia creciente de la tecnología en la subjetividad, proponiendo que el analista debe estar disponible para alojar los efectos del despertar angustioso de las ficciones del siglo XXI y ante las dificultades de los sujetos para llevar adelante un lazo social. En este sentido, acentuó que debemos ser respetuosos de las potencias de los otros discursos, ya que también se trata de servirnos de lo que pueden ofrecer para producir anudamientos diversos y singulares en los sujetos que nos consultan.
Su presentación situó claramente las coordenadas subjetivas actuales en relación al paradigma de las psicosis ordinarias, señalando que éstas nos permiten ubicar no sólo un agujero en las clasificaciones clínicas sino también nos hacen interrogar el uso del sentido que hacemos en la práctica. De este modo, el sentido común, que no deja lugar para el agujero demuestra responder a una misma estructura forclusiva que el delirio extraordinario. Un analista capaz de valerse de la ironía como instrumento para inconsistir el sentido puede hacer posible la invención de un lazo más propio y singular, que anude el goce solitario de cada uno volviéndolo soportable.
Señaló también que el psicoanálisis, en tanto permite alojar el sufrimiento del síntoma en transferencia, apunta a la dignidad de una respuesta singular, que no tiene equivalente con ninguna otra.
Por último, situó que la Escuela sujeto no es impermeable a la época y que con ella cada uno puede mantener una relación a su propia soledad pero a condición de enlazar su modalidad de goce singular con lo colectivo de una elaboración.
Como reflexión final, me quedo con la idea de que la potencia del discurso analítico no debe hacernos olvidar su fragilidad y por tanto, estar advertidos de la necesidad de hacerlo existir con un deseo vivo, en presencia y sin infatuaciones.
La conversación que suscitó la presentación de Daniel agregó un plus para todos los que estuvimos allí, y como suele suceder en nuestra comunidad, seguirá resonando para cada uno un largo tiempo. Al concluir la presentación, Marisol Gutiérrez hizo mención a todo lo realizado durante estos dos años de intenso trabajo y dio lugar a la permutación de las funciones al frente del Seminario. Quien escribe concluyó su función de Directora del mismo y en su lugar inicia un nuevo ciclo María Laura Errecarte. Del mismo modo, Marisol presentó a Belén Zubillaga como quien asumirá a la brevedad, en su rol de próxima Directora de la EOL-Sección La Plata, la función de Responsable General del Seminario.
Reseña realizada por Paula Vallejo