Clase 6 – 14 de junio 2023
Reseña por Rosana Salvatori
Continuando con el desarrollo del Seminario de Miller Los divinos detalles, trabajamos sobre el capítulo IV: “Degradación de la vida amorosa”. La clase estuvo a cargo de quien escribe, junto a la presentación de los valiosos trabajos de Lucía Caponi y Nicolás Gutiérrez, participantes del Seminario.
Lucía realizó un detallado comentario de la segunda contribución de Freud “Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa” de 1912, de la cual los puntos más relevantes fueron señalar que Freud parte de un síntoma: la impotencia psíquica, en tanto la degradación de ciertos objetos, es un modo de protegerse del malestar que provoca la misma. Freud extiende la impotencia hacia otras perturbaciones: la inhibición de la potencia viril y los hombres anestésicos, los que pueden con el acto sexual pero no sienten nada, cuyo reverso en la mujer es la frigidez. La degradación en el varón es equiparada a lo prohibido en la mujer.
Para Freud el modo de llevar una vida “normal”, “libre y feliz”, ocurre en tanto las dos corrientes, la tierna y la sensual converjan. En el último apartado, plantea la tensión del binomio civilización/vida pulsional, “el enfrentamiento cultural de la vida amorosa conlleva la más generalizada degradación de los objetos sexuales”.
Consentir a las exigencias de la cultura conlleva insatisfacción, renuncia y padecimiento respecto de las exigencias sexuales. Pero en su reverso, Freud sitúa el peligro de la extinción de la humanidad por el desarrollo cultural, una sombría prognosis producto de la insatisfacción cultural.
Ubica que tanto en el goce sexual como en el amor, es preciso un obstáculo para que cobren valor psíquico.
Nicolás por su parte subrayó el carácter “operatorio y heurístico” de las condiciones de elección de objeto para abordar la experiencia clínica. En Freud, señala Miller, hay al menos dos valores del sexo, un valor que no es solo el de la economía del más o menos de libido sino el valor en el sentido del precio de la economía del mercado, la del precio a pagar por la degradación que Freud universaliza como consecuencia del clivaje del objeto o del obstáculo que la pulsión debe encontrar para abordar al otro sexo, lo que confirma, como señala Miller, que no hay relación sexual.
Nicolás presentó un recorte clínico de su práctica bajo la pregunta ¿qué pasa con los sujetos que no están dispuestos a pagar el precio de la degradación por quedar fijados a la sobrestimación del objeto de amor?
Por mi parte, comencé retomando de la clase anterior el tema del “factor SNB”, el sexo no biológico. La pulsión no tiene un objeto determinado con las consecuencias dolorosas que conlleva para el sujeto. Es en la vida amorosa donde mejor se puede captar esto, señala Miller: que la mujer sea de otro, que lleve la marca de la prostituta, etc.
Resalté el tema de la “elección forzada” en la causación del sujeto por las operaciones alienación y separación destacando que lo importante es que para Lacan la elección implica que, se elija lo que se elija, siempre habrá una pérdida o un sacrificio. Este es el precio a pagar. La causa de deseo y la condición de amor, tienen para Miller una afinidad en la lectura que realiza de Freud y de Lacan.
Ubiqué la causa en la práctica, ya que es con lo que llega un sujeto a un análisis, es la traducción del “no sé por qué” que apunta a la causa del mal y que en el mismo movimiento se va a ubicar en el SsS, lugar de la causa escondida, no sabida. Hay que mantener la pregunta abierta para que se instale la elaboración de un saber sobre la misma.
El tema de la posibilidad de convergencia de las corrientes tierna y sensual en esta segunda contribución de Freud, es lo que Miller llama el “pase” de Freud como posible superación de la divergencia entre amor y deseo sexual. “Un ideal mítico de borrar el destino sustitutivo de la vida amorosa y poder tener acceso directo a los objetos primarios, como haber superado la barrera del incesto”. Si Freud mantiene este ideal de convergencia, es porque la regla es la divergencia entre amor y goce… la sexualidad está ligada a la degradación” -afirma Miller en “Lógicas de la vida amorosa”. Finalmente, para mostrar el contrapunto clínico con el caso de Nicolás, mencioné algunos puntos del testimonio de Angelina Harari publicado en El amor y los tiempos del goce. En su caso, ubicarse como objeto degradado en la serie de partenaires masculinos y el factor clandestinidad como rasgo de goce, irán tomando diferentes valores en el trayecto de sus tres análisis.