Por Jimena Rodríguez Rey- (IOM3 – Tucumán)
Quiero agradecer esta invitación a Paula Vallejo, Marisol Gutiérrez y Mauricio Tarrab, por la posibilidad de compartir con todos ustedes esta noche. Me pareció una buena idea reunir a lectores de los distintos Institutos del país, para presentar hoy y celebrar, este primer libro del SCF – La Plata. Es un libro hermosísimo, muy clínico y riguroso en su recorrido.
Mi comentario será sobre dos conferencias: “Saber leer en psicoanálisis: los divinos detalles”, de Fabián Naparstek y “Leer el fantasma, leer un síntoma”, de Silvia Salman.
Empiezo con una frase que recorto de la conferencia de Fabián Naparstek, que dice así: “la única manera de decir algo nuevo es a partir de uno mismo” y pienso en este libro, en el momento de su publicación, sabiendo que hubo un tiempo de reestructuración y modificación del funcionamiento en el SCF-LP, una nueva forma donde se tuvo que trabajar sobre la relación entre el Instituto y la Escuela, y a partir de ese recorrido andado, inventar algo nuevo. Un ejemplo de saber leer.
Hay una continuidad entre saber leer, y saber leerse.

Silvia Salman dice: “leer Lacan es una práctica y más aún si nos proponemos hacerlo sin ortodoxia”. Sabemos que a veces los discursos se repiten, circulan, sin que haya la más mínima pregunta o necesidad de entender de qué se trata, repitiendo un vocabulario o hablando lacanés.
Es verdad que es importante una enseñanza sistemática y hay claves de lectura en nuestra comunidad, pero también es crucial contar con una “clave de usuario” -dice Fabián Naparstek-, una clave personal, de cada uno, la propia enunciación. Y para esto es fundamental descompletar, hacer caer el ideal, acceder vía los detalles.
Recordé unas palabras de Miller en El Banquete de los analistas, que dice que, “si solo hubiera lacanianos para hablar de Lacan, no se llegaría demasiado lejos. Los lacanianos tienden a momificarlo, repiten sus frases, lo fijan, dan cursos sobre el… incluso es probable que con los lacanianos se llegue a olvidar a Lacan, mientras que con el refuerzo que nos dan algunos anti lacanianos, la cuestión sigue extremadamente viva, bulliciosa”.
De eso se trata justamente, cómo dar vida o vuelo a las palabras, a la enseñanza, al psicoanálisis.
Silvia Salman, en su conferencia, trabaja el saber leer apuntando más a la práctica, y eso tiene que ver con poder leer el fantasma, y poder leer un síntoma. Y nos advierte que la operación de lectura no es la misma, que hay matices.
En el fantasma se trata de una fórmula, de un axioma que concierne a una lógica. El goce anudado al sentido. Destaca la función de uso, de defensa, de ordenamiento del mundo para un sujeto.
Nos va presentando un recorrido, situando diferentes momentos en la enseñanza de Lacan. Un primer tiempo, donde la dimensión imaginaria está en primer plano. Luego, se introduce la lógica, que no estaba al principio, y por último la dimensión real, cercando y localizando al goce en el objeto a.
En cuanto al síntoma, o mejor dicho a un síntoma, se refiere a lo singularísimo de un goce fuera de cualquier significación, opaco al sentido.
Tengo que confesar que transitar estas páginas no me ha resultado liviano, estuve todos estos días enredada con el fantasma y el síntoma, lo de las páginas y lo mío, lo personal, las resonancias y los sacudones que me ha producido esta lectura, he tenido que arreglármelas como he podido.
Porque si bien Fabián Naparstek nos dice que “se puede leer con una transferencia comandada por el Nombre del Padre”, es decir,transferencia al todo, al ideal, repitiendo sin cuestionar, o “se puede leer con una transferencia comandada por el objeto a”, esto es, de-suponiendo el saber, haciendo caer la imagen completa, total, accediendo al Otro buscando el divino detalle… esto no es tan sencillo. Siempre recuerdo una frase muy usada por los catalanes, la frase es “se dice rápido”, se dice rápido, y parece fácil, pero otra cosa es poder hacerlo.
Se trata entonces de leer y de leerse, y es hasta donde cada uno puede en cada momento, pero eso hace posible poder ir ubicando, despejando -como dice Silvia Salman- “cuándo la respuesta está del lado del fantasma, y cuándo no, y poder maniobrar con eso”. Termino con unas palabras del Seminario 20 de Lacan, que toma Fabián Naparstek, y me encantó: “Leer no nos obliga en lo más mínimo a comprender. Primero hay que leer”.