Clase 1 – 20 de marzo de 2024
Reseña por Paula Carasatorre
La primera clase estuvo a cargo de Adriana Fanjul, responsable del seminario, quien comienza mencionando el objetivo de esta presentación haciendo mención de algunas pinceladas de lo que va a ser el trabajo del año. Retoma, de esta manera, la propuesta del seminario que es establecer los puntos fundamentales de la clínica freudiana, su actualidad y sus impasses. Sirviéndonos de la orientación lacaniana, a partir de ubicar a los discursos como aparatos de lectura, el objetivo será interrogar la clínica contemporánea, localizando la particularidad de la época y su incidencia en nuestra práctica. Para tal fin, propone detenernos en los significantes que componen el título del seminario: Actualidad, Discursos e Impasses. No sin antes mencionar que éstos no implican compartimentos estancos, sino que hay que leerlos al modo de una banda de moebius que nos permitirá, en un ir y venir, hacer uso de ellos en el transcurso de cada clase.
Con respecto al significante “actualidad”, Adriana menciona la importancia de diferenciarlo de lo contemporáneo. Para descompletar a este último nos serviremos de Freud, quien, al darle un lugar preciso en su doctrina, estableció un tipo particular de neurosis (neurosis actuales) que prescinde de la represión y en cuya formación de síntomas no opera la sustitución de representaciones, revelándose refractarias al análisis.
En cuanto a “discursos”, el objetivo será precisar la potencia del discurso analítico, su ubicación y distinción con relación a los otros discursos. Retoma que el analítico es el único que no tiene objetivo de dominio y posibilita darle al inconsciente freudiano una nueva fundamentación. El síntoma podrá leerse como producto del goce que éste encierra y los semblantes de los que el sujeto se sirva para hacer uso de los discursos imperantes. De allí la importancia de los practicantes del psicoanálisis de estar a la “altura de la subjetividad de la época” tal como menciona Lacan en “Función y campo de la palabra en psicoanálisis”.
De los “impasses”, Freud supo ubicarlos como condición de posibilidad para ir reformulando su teoría, guiando éstos a Lacan al encuentro con lo real.
Finalmente, Adriana se detiene en el significante “clínica”. Realiza una distinción muy precisa entre ésta, la práctica y la experiencia. Retoma a Lacan quien sostiene que la práctica analítica implica un hacer, siendo ésta un tratamiento de lo real por medio de lo simbólico y ubica la particularidad del surgimiento del psicoanálisis y de la lectura de la clínica a partir de éste, clínica que es bajo transferencia y cuya intervención es en el síntoma. Por otra parte, al no anular lo singular, el retorno a Freud desde esta orientación es fundamental, ya que a partir de su insistencia de acceder a una causa primera y de elaborar una teoría a partir de los fenómenos que hallaba, inaugura una nueva lectura de la clínica en donde subvierte no solamente el lazo médico enfermo sino también el lugar del saber en la experiencia.
Adriana concluye la clase ubicando que lo que importa en nuestra clínica es aquello que estructura el síntoma y la posibilidad de que éste se dirija al Otro para desde allí poder ser intervenido. Dicho mecanismo no es per se, es necesario producirlo. La apuesta del practicante será entonces, a partir de la creencia en el inconsciente, intentar producirlo, cada vez.