Clase 7 – 3 de julio de 2024
Reseña por Solana Amante
La clase estuvo a cargo de Paula Carasatorre quien presentó el tema a trabajar: la histerización del discurso y su diferencia con el discurso analítico, la puesta en forma del síntoma y el inicio del análisis en Lacan.
En la primera parte, hizo hincapié en la importancia de los discursos, como aparatos de lectura de los lazos y los modos de gozar en los sujetos. Ubicó la histerización del discurso como la introducción del discurso de la histérica, necesaria para para dar inicio al análisis.
En el Seminario 17, El Reverso del Psicoanalisis, en la clase 2, Lacan trabaja la particularidad del discurso analítico y responde a una pregunta clave para la práctica del psicoanálisis ¿Qué es lo que instituye el analista? Allí responde que lo que el analista instituye como experiencia analítica, es la histerización del discurso, es decir, la introducción estructural, mediante condiciones artificiales, del discurso de la histérica.
La histerización del discurso implica que el sujeto barrado se coloque en el lugar del agente, éste se dirige al S1 para que trabaje y recorte algunos de los significantes que darán lugar a una trama singular.
Paula mencionó que para que haya entrada en análisis no es suficiente la histerización del discurso, sino que tendrá que producirse otro movimiento en las letras, para que de esta manera, pueda introducirse el discurso analítico. El analista estará entonces como objeto a en el lugar del agente, y el sujeto dividido en el lugar del trabajo.
Para que este movimiento pueda producirse, será necesario que el analista se preste a ser un objeto versátil, alguien que con sus puntuaciones, lecturas, su escucha y su apuesta por el inconsciente, pueda dar lugar al discurso analítico y hacerse causa del deseo del analizante.
Para concluir esta primera parte, Paula mencionó que el pasaje de la histerización del discurso al discurso analítico permitirá ir poniendo en forma el síntoma.
En la segunda parte de la clase, se desarrolló el valor de las entrevistas preliminares, mencionando que sin estas no hay entrada en análisis.
Paula señaló que los sujetos que consultan vienen a hablar de sus padecimientos, sus ideas y pensamientos, que en principio son amorfos. A partir de un primer forzamiento, éstós darán lugar a elementos formalizados que se distribuirán en un discurso. Esta transformación no es algo que se de per se, sino que depende del forzamiento del analista.
Paula retomó un texto de Miller mencionado por Fabiana en la última clase, llamado Introducción al método psicoanalítico, sobre todo en relación a tres puntos esenciales a ubicar en las entrevistas preliminares, para determinar los criterios de analizabilidad de un sujeto.
El acto analítico consiste en implicar al sujeto en aquello de lo que se queja, y la rectificación subjetiva supone la responsabilidad del sujeto en lo que le ocurre. Esta modalización del dicho, se constituirá, no sin el consentimiento del sujeto al inconsciente, bajo transferencia.
Miller menciona que es el analista quien puede rectificar si hay un sujeto para analizar, y si cumple los criterios de la analizabilidad. Lo que el analista rectifica es una posición subjetiva que, bajo la forma de un no sé, tanto por parte del analizante como del analista, pueda darle entrada al verdadero trabajo del sujeto.
Se introduce de esta manera el efecto de sujeto supuesto saber, el cual se articula a una x, una pregunta.
Finalmente Paula mencionó que es a partir de la puesta en forma del síntoma, que los sujetos pueden dar inicio al análisis. Hay síntoma cuando el sujeto no consiente a su propio goce, y el análisis irá por esa vía, buscará el goce que habita en ese síntoma.
Nos servimos de la última enseñanaza de Lacan para pensar al síntoma como función y ubicar la cara oculta de éste, que tiene que ver con el goce opaco, que resiste a este desciframiento.
Para finalizar, Paula dejó planteado que la cuestión central para el psicoanálisis es cómo alojar la singularidad sintomática del ser hablante, para que se produzca un modo de lazo que cuente con la singularidad del tratamiento que el sujeto inventa para hacer desconsistir al Otro. Esta lectura orientada al funcionamiento del síntoma nos permite pensar algunas estrategias, tanto para sujetos que están abonados al inconsciente, como para aquellos que no lo están.