Seminario del Campo Freudiano - Sección La Plata de la EOL

Seminario de Introducción a un discurso del método analítico- Clase 12- 2024

Clase 12 – 2 de octubre de 2024

Docente invitado: Gerardo Arenas (miembro EOL y AMP)

Reseña por Lucía Secco

En la penúltima clase del año, contamos con la presencia de Gerardo Arenas como docente invitado. La propuesta fue abordar la lógica de la cura y el fin del análisis desde la doctrina lacaniana de los discursos.

Comenzó resaltando que los discursos, como modos de hacer lazo social, no se aplican a un sujeto sino a colecciones de cuerpos hablantes A partir de este punto, se preguntó qué sucede cuando coexisten diferentes discursos.

Lacan, -subrayó-Arenas- sólo estudió con mucho detalle qué pasa cuando se sustituye un discurso por otro, cómo se pasa del discurso universitario, por ejemplo, al discurso histérico, al del amo. Pero en ningún momento presentó el modo de tratar lo que ocurre cuando una colección de cuerpos hablantes está tomado por dos o más discursos al mismo tiempo. Pensar los discursos de a uno resulta una simplificación excesiva –señaló. El asunto es, cómo hacer para que un discurso adquiera prevalencia respecto de los otros, y esta es una noción dinámica, que requiere herramientas distintas del formalismo que Lacan introdujo.

El problema que tiene pensar los discursos como formas de lazo es que un lazo sirve para unir cosas, para reunir, para juntar. Pero los discursos no hacen solamente eso. Los discursos, además de poder reunir y armar comunidades, también separan, segregan, expulsan; y eso es lo propio de las formas que toman los discursos. Aquí, habría un problema al equiparar discursos con lazos sociales.

A su vez, los discursos pueden coexistir en un mismo conjunto de cuerpos hablantes, y cuando coexisten, se componen en esos cuerpos, que quedan afectados por discursos que resultan distorsiones de cada uno de los discursos intervinientes. No existe ningún discurso puro.

Respecto del discurso analítico, Gerardo Arenas señaló que tiene ciertas características que lo hacen el más frágil de los teorizados por Lacan: ser psicoanalista, tener pacientes, analizarse, etcétera, no garantiza que estemos dentro del discurso analítico. Por esa fragilidad, es necesario siempre inventar aparatos que la compensen. El invento de Lacan, llamado Escuela, es uno de tales aparatos.

Arenas propuso que es necesario pensar las relaciones de tipo causal en relación a los campos discursivos, vale decir, las relaciones de composición entre dos o más discursos que toman a los mismos cuerpos, desde una perspectiva dinámica. Trajo a colación una cita de Lacan del Seminario 14 que dice:

Las necesidades que el sujeto refiere, las decisiones que tan mal examina, ¿cómo podría el psicoanalista apreciar los motivos, si los relaciona pura y simplemente con los beneficios que el sujeto podría extraer de ellas (o no) en la realidad? ¿El sujeto necesita casarse con tal o cual? ¿Qué saben ustedes? Malogró su matrimonio en cierto giro, ¿y si eso fuese para él una suerte? ¿Qué saben ustedes? ¿En qué meten sus narices? […] Sólo tienen que lidiar con la estructura lógica de la posición subjetiva en cuestión. Si omiten articularla, […] no saben nada. […] Solo es posible juzgar lo que pertenece al registro de los resultados en lo real a la luz de una articulación lógica que no entrañe prejuicio alguno sobre lo que sea deseable para el sujeto.[1]

A partir de esta cita, resaltó que lo que debe guiarnos es la lógica, el “entonces” lógico. La indicación es lidiar con la estructura lógica de la posición subjetiva. No hay más que una estructura, que se despeja a partir de piezas sueltas del discurso del sujeto; lo tengo que deducir lógicamente. No es algo que forme parte del saber del sujeto ni del psicoanalista. ¿Por qué es que la estructura lógica comanda las cuestiones del goce? Porque la lógica es una manera de entender la estructura de un discurso; y, según cuál sea la estructura de ese discurso, va a ser el goce que ese discurso produce.

En la última enseñanza de Lacan, esa relación entre lógica y goce se quiebra. El goce de la vida, aquel cuya falta nos lleva generalmente a analizarnos, por ejemplo, no tiene relación con lo simbólico. O sea, que la lógica es absolutamente estéril para tratar las cuestiones de ese goce de la vida.

Para finalizar con este apartado respecto de la cuestión de la lógica, señaló que hay una relación entre el saber y la lógica que Lacan estudia en el Seminario 14, y que resume en un párrafo de la “Proposición del 9 octubre de 1967”. Al desarrollar el algoritmo de la transferencia, Lacan dice que, del saber supuesto, que sería el del inconsciente, el analista no sabe nada, no sabe lo que está allí, porque es algo que se construye, no estaba allí antes. Ahora, la cuestión es qué es lo que debería saber la analista. Allí Lacan dice: “lo que tiene que saber puede ser trazado con la misma relación ‘en reserva’ según la que opera toda lógica digna de ese nombre […]”.[2]

La relación “en reserva” de lo que tiene que saber, tiene que ser algo que rodea y se articula a eso que tiene que saber: “se articula en cadena de letras tan rigurosas que, a condición de no fallar ninguna, lo no sabido se ordena como el marco del saber”.[3]

En ese texto, Lacan continúa desarrollando el invento de Georg Cantor de los números transfinitos, y se pregunta “¿qué era de ellos antes?”[4]: un deseo les dió consistencia, la aventura de Cantor -dijo- sugiere el orden “donde el deseo del psicoanalista se sitúa”.[5]

Entonces, Gerardo Arenas señaló que el orden del deseo del psicoanalista se sitúa en ese “en reserva”, ordenado lógicamente en el campo de lo no sabido, alrededor del saber; ya no se trataría de menos saber y más lógica, sino de una relación positiva entre la lógica y el no saber.

Hasta aquí el desarrollo de la puntuación sobre la lógica y su relación con el saber, propuesto por Lacan.

Arenas propuso luego que para pensar la lógica de la cura y el final del análisis en términos de discursos, tenemos que salir de la situación ideal, donde en cada momento del análisis, habría un discurso dominante. Y pasar a abordar la coexistencia de los discursos desde un modelo que dé cuenta de relaciones causales dinámicas, que solo se pueden tratar en términos de lazos de causa-efecto.

¿Cuál es la ventaja que tiene pensar esas relaciones que Lacan llamaba discursos y que entendía como lazos sociales, en términos de campos? Una de las primeras ventajas que tendría es que pasamos a incluir nociones dinámicas, de fuerzas; la segunda ventaja es que un mismo campo puede juntar y separar; y la ventaja adicional, es que los efectos de los campos se pueden componer entre sí. Es decir, la presencia simultánea de dos campos introduce el efecto de distorsión. Puedo pensar la coexistencia, y la composición en términos de campos discursivos; obviamente con la limitación de que en la física se puede medir la fuerza, y acá no.

Hacia el final de la clase, retomando la cita de Lacan en El Seminario 14, p. 231acerca de la “glotonería” y la fragilidad del discurso analítico, Gerardo Arenas enfatiza que, constantemente estamos lidiando con discursos rivales, como el universitario o el del inconsciente que todo el tiempo da sentido, y más sentido. Y el discurso analítico va al revés, a sacar el sentido para que nos quede el significante puro, que es el que tenemos que equivocar.

Es decir, todo el tiempo estamos haciendo operaciones para que, sobre el final del análisis, prevalezca el discurso analítico. Tan frágil es que quien terminó el análisis es invitado a dirijirse a la Escuela, a hacer el pase, para poder sostener esta maquinaria, porque si se va solo a su casa o a su consultorio, lo más probable es que rápidamente termine haciendo de amo. Esta modalidad es la que el docente propuso pensar desde una perspectiva dinámica de los discursos.

El trabajo que hacemos no es solamente hacer prevalecer el discurso analítico, sino encontrar maneras de agujerear los otros y eso sin llevarles la contra, porque si les llevamos la contra les damos consistencia.

Quedó abierta la propuesta de cómo pensar las relaciones dinámicas entre los discursos para poder leer estos fenómenos de coexistencia, haciendo valer el discurso analítico.


NOTAS

  1. Lacan, J., El Seminario, Libro 14, La lógica del fantasma, Paidós, Buenos Aires, 2023. Pág. 269.
  2. Lacan, J., “Proposición del 9 de octubre de 1967”, Otros escritos, Paidós, Buenos Aires, 2012. Pág. 268.
  3. Ibid.
  4. Ibid.
  5. Ibid.