Clase 3 – 17 de abril de 2024
Reseña por Jackie Rico
El día 17 de abril se llevó a cabo el tercer encuentro del Seminario Clínico titulado “El síntoma en Freud y las perspectivas del síntoma en Lacan. Lo irreductible del síntoma”, dictado por Fabiana Municoy. Al comienzo de su clase y en relación a que el tema era el síntoma en las neurosis de defensa, se establece la diferencia con los síntomas de las neurosis actuales afirmando que en las primeras, si bien en el centro está el grano de arena de la perla, el núcleo de goce está cubierto por la envoltura formal del síntoma, un tejido significante que lo vuelve interpretable.
Fabiana nos dice que partiremos de los inicios del psicoanálisis ubicando a Freud en las clases de Charcot. Señala que Freud, lejos de quedar capturado por las grandes mostraciones histéricas escucha lo que la histérica dice y advierte que ella recorta el cuerpo con palabras, desplaza en consecuencia su abordaje del campo de la neurología hacia el campo del lenguaje. En relación a sus primeros tratamientos con las histéricas menciona que el caso Emma es un caso bisagra entre la primera época y el periodo psicoanalítico. Pero ya en él encontramos los cimientos del psicoanálisis: el estatuto del trauma y los dos tiempos del trauma en relación a la formación de los síntomas; el sentido de los síntomas, y la importancia de la causa eficiente, ocasional, que da lugar al retorno de lo reprimido acentuando que lo patógeno es el recuerdo y no la causa en sí misma, a la vez que explica los motivos de la ruptura con la linealidad de la causa. En consecuencia, dirá Fabiana, las representaciones del retorno del recuerdo son inconciliables para el yo, la defensa entra en juego y se forma un núcleo psíquico segundo que más tarde Freud llamara inconsciente. El afecto se desplaza hacia el psiquismo convirtiéndose en libido sexual, fuerza constante y fuente de malestar que será el antecedente de la pulsión.
Se señala a continuación, el primer escollo de Freud frente a la mentira histérica, a la vez que se acentúa el estatuto de las fantasías respecto de la formación de síntomas. Se trata de una verdad de otro orden que permite desalojar a la histeria de una posición de víctima articulando el trauma con la sexualidad infantil y las fantasías inconscientes. Freud las define como una soldadura entre una satisfacción pulsional (real) y una moción de deseo. (simbólico).
Considerando que el síntoma es una formación a través de la cual se desplaza la libido, se indica su permanencia en el tiempo a diferencia de las restantes formaciones del inconsciente y en este sentido, las distintas presentaciones de las neurosis de defensa son una respuesta a esta fuerza constante. Luego escuchamos la diferencia entre síntomas primarios o salud aparente, aunque más tarde la defensa fracasa y en consecuencia hacen su aparición los síntomas propios de cada presentación neurótica. Ya en el segundo esquema causal, Fabiana nos dice que aquí Freud trata de articular el sentido de los síntomas y la satisfacción libidinal. Señala que el conflicto ahora es entre pulsiones yoicas y sexuales y explica el camino de la formación de síntomas considerando el par frustración-regresión.
Antes de entrar al abordaje que hace Freud del síntoma tras el giro de los años 20, se señalan las perspectivas del síntoma en Lacan dejando para más adelante su última enseñanza. En “Función y Campo de la Palabra…”, Lacan afirma la importancia del sentido en relación al campo del psicoanálisis, del inconsciente y del síntoma. El síntoma dirá Fabiana, está ubicado en el registro simbólico y lo imaginario (a-a´) es el lugar del goce pulsional. Más adelante, Lacan va a tratar de articular significante y goce en términos de la cadena significante vectorizando las relaciones del sujeto y el Otro, no sin incluir el fantasma en estrecha relación con el síntoma. Fabiana señala que aquí Lacan sigue a Freud, porque da cuenta de la regresión libidinal en el camino de la formación de síntomas hacia los significantes que en ese período articulaban la demanda. Siguiendo el recorrido del síntoma en Lacan se indica que en el Seminario 11 nos presenta el síntoma a partir de un núcleo de goce en relación al objeto a, revestido por la envoltura formal que da lugar a un inconsciente transferencial a diferencia del cierre del inconsciente vinculado al objeto a, no sin señalar la íntima vinculación entre el síntoma y el fantasma fundamental.
Finalmente se indica que en “Inhibición, síntoma y angustia”, Freud no trabaja el sentido de los síntomas. Lo importante es lo pulsional del síntoma. El gran triunfo del síntoma es cuando se enlaza la prohibición con la satisfacción y el yo lo asimila a su organización. Lo que provocaba sufrimiento se transforma en rasgos de carácter. El sujeto deja de padecer y la pulsión logra su satisfacción. En el final y en función de intervenciones de la audiencia, se señala que en la práctica analítica nos orientamos por lo real, aquello que se repite, que vuelve al mismo lugar.
