La construcción del caso: Una política del psicoanálisis en la Orientación Lacaniana. Leer y escribir como instrumentos clínicos, políticos y epistémicos.
Nuestro seminario se propone un ejercicio de lectura y escritura, que sea a la vez un ejercicio de construcción, en torno a casos clínicos presentados por los participantes.
Apuntamos a precisar la lógica analítica deducida del detalle y de la particularidad de cada caso.
Entendemos que la construcción y transmisión de casos tiene un lugar relevante en la teoría psicoanalítica y en la formación de los analistas. Y que es de vital importancia para que el psicoanálisis siga existiendo, agiornado a su época. Cuando hay transmisión en la construcción del caso, -no siempre es así-, se verifican, en su particularidad, la actualidad y el fundamento del psicoanálisis que practicamos.
Presentar un caso supone una construcción por mínima que sea. Ubicar cuáles son los significantes privilegiados que han marcado al sujeto en relación al Otro, los que han marcado el encuentro con un analista, si hubo alguna transformación del malestar o sufrimiento inicial. Construir un caso supone un nuevo orden que se inventa a partir del encuentro con un analista y permite formalizar mejor un interrogante, haciendo posible las articulaciones entre teoría y práctica. Puede poner en cuestión la práctica a partir de la teoría, y la teoría a partir de la práctica. Y ser de utilidad para la elucidación y esclarecimiento de un concepto, así como para la formulación de una pregunta que permita investigar un tema inédito.
Construir un caso supone también tomar una decisión. El analista queda incluido en la construcción, su lugar no es neutro, forma parte de lo que escribe. Una cosa es el analista cuando opera en la dirección de la cura y otra muy distinta es cuando piensa o escribe sobre lo que hizo.
Tempranamente Freud instaura en su comunidad la escritura de casos clínicos. Su concepción de la construcción estaba presente no solo en el caso sino en la dirección de la cura misma. Para Freud, la construcción estaba a cargo del analista, se trataba de restituir al analizante aquella parte que no alcanzaba a decir y que constituía el núcleo de la represión originaria. Freud consideraba que el analista, confrontado a ese punto de detención del paciente, tenía que construir, escribir sobre ese imposible, aportando al paciente el convencimiento de una verdad, que pudo homologar a la función de un recuerdo reencontrado. En el sentido freudiano la construcción es una ficción que termina por ocupar el lugar del agujero en lo simbólico, de lo irrepresentable.
Es a partir de la enseñanza lacaniana que la construcción está del lado del analizante, quien debe elaborar ese núcleo, o más bien ese agujero, para poder ir más allá de la repetición. Y es con la introducción del pase en la Escuela que la construcción logra una forma más acabada, tanto en su formalización como en la posibilidad de escribir un matema de la experiencia misma.
Hay en la Orientación Lacaniana una determinación decidida respecto de la construcción de casos, escritura que queda a cuenta del que escribe, un analista que quiere decir algo, que se implica en lo que hace y apuesta a encontrar un decir sobre su práctica. Intentaremos seguir esta vía trazada por los historiales freudianos, y retomada por Lacan y su enseñanza de retorno a Freud, para dar cuenta –como pretendía Lacan- “de aquello que la práctica tiene de azaroso”.
María Laura Errecarte
Responsable del Seminario de Casos
