Clase 3 – 10 de abril de 2024
Reseña por María Florencia Vera
Para el tercer encuentro, Verónica Escudero nos propuso abordar los términos propuestos en el programa: Formas del discurso del amo en la época actual y la posición del discurso del psicoanalista. Situación de la ciencia actualmente. La civilización como partenaire del psicoanalista. A su vez, a los fines de la transmisión, planteó dividir el temario en tres ejes fundamentales, comenzando por el discurso amo, en segundo lugar, el campo del saber y, finalmente, el otro de la modernidad.
En relación al discurso amo, Verónica retomó brevemente cuestiones planteadas en la clase anterior. Entre ellas, dentro de la lógica del discurso amo, el sujeto del que hablamos allí es un sujeto que se hace representar por un significante amo. El S1 está ubicado en el lugar del agente, es lo que comanda el discurso. El sujeto que se hace representar por ese S1 es un sujeto caracterizado como vaciado de goce. Además, se señaló una paradoja fundamental: la dualidad del discurso amo, dado que el discurso provee al sujeto una identificación, pero, a su vez, lo descompleta. Es decir, en el mismo discurso encontramos la posibilidad de hacer consistir una identificación y a su vez descompletarla.
En contrapartida al lugar del amo (S1), el goce se encuentra del lado del esclavo, pie de entrada para pensar el segundo eje, el saber. Es en el campo del esclavo donde se hallan las cadenas significantes, las cadenas de saber, cadenas que aluden precisamente a un saber hacer. De esto se recorta: “el saber es el goce del Otro”.
De este modo, se propone pensar al esclavo como una función, como portador de un saber hacer, saber que no sabe que tiene. En este punto, resulta fundamental la distinción que Lacan realiza en torno al saber y a sus dos caras. Una cara, ligada al saber hacer del esclavo, saber del que no puede dar cuenta; otra cara, articulada al significante, que circunscribe aquel saber que extrae el amo del esclavo, saber transmisible que se convierte en saber de amo. Transmisión que Lacan llama “episteme”.
En este punto, las derivas de la conversación abierta a los participantes hicieron discurrir algunos interrogantes en relación con el objeto a y su lugar en el discurso amo.
Como comentario, Verónica nos propone tener como punto central al saber, invitándonos a interrogarlo en sus límites. Para ello, vuelve un paso atrás, recordándonos que la repetición del S1 frente al campo del saber S2 está ligada a una repetición de goce. Dado que, en el instante en que el S1 interviene instituyendo un campo de significantes definido como saber -en la medida en que se articulan-, allí surge el S barrado. Sin embargo, surge también una pérdida que se escribe como a, de allí que Lacan afirma: “la repetición tiene cierta relación con lo que, de este saber, está en el límite y se llama goce” (p.13). Se delimita entonces una relación primaria entre el goce y el saber, que Verónica sitúa como una de las grandes novedades del Seminario.
Así, ante los interrogantes que decantan de la conversación, entre ellos ¿de qué saber estamos hablando?, ¿de qué goce?, resulta fundamental comprender que aquí el sujeto está representado por cierta pérdida, por el a como objeto perdido, como resto. Por ello, el amo no goza ya que la repetición incesante, lejos de hacerlo gozar, produce una y otra vez un resto, el a. En este punto se alude a un recorte donde Lacan sugiere que el goce debe permanecer opaco:
En esa juntura de un goce- y no cualquiera, sin duda debe permanecer opaco-, en la juntura de un goce privilegiado entre todos- no porque sea el goce sexual, puesto que lo que este goce designa por el hecho de estar en la juntura, es la pérdida del goce sexual, la castración-, es en relación con la juntura con el goce sexual que surge, en la fábula freudiana de la repetición, el engendramiento de algo más radical (…) Una vez surgido S1, primer tiempo, se repite ante S2. De esta puesta en relación surge el sujeto representado por algo, por cierta pérdida. (p.17)
Para finalizar, creemos importante situar una aclaración que realizó Chistian Martín en el cierre del encuentro. Nos propuso situarnos en el tema y en lo novedoso de la época, para así pensar los discursos como forma de lazo social (del cual, sirviéndonos de Lacan, tomamos como puntapié al discurso amo). De este modo, lo fundamental es tener como horizonte que los discursos escriben distintos tipos de vínculos sociales.