Seminario del Campo Freudiano - Sección La Plata de la EOL

Reseña Seminario Avanzado: Leer Aún- Clase 7

Clase 7 – 14 de octubre de 2023

Reseña por Natalia Cejas

En el encuentro del 14 de octubre Gabriela Rodríguez propuso, para comenzar, retomar algunas cuestiones de la clase “Redondeles de cuerda”, del Seminario 20, que resultan una suerte de antesala a la aparición de los nudos. Por un lado, la referencia al cuerpo que habla que mutará a cuerpo hablante. Por otro lado, la aparición del sintagma “no hay metalenguaje”, que propone leer en relación a “no hay lenguaje sobre el ser”, en cuanto el lenguaje no habla de las cosas, sino de sí mismo. De modo que, que no haya metalenguaje implica que no haya lenguaje sobre el ser, dado que el ser para Lacan es una suposición. “No hay metalenguaje” implica que no hay lenguaje que no hable sino de sí mismo. El lenguaje del ser, esto es, decir lo que el ser es, no es otra cosa que discurso del amo. Produce identificaciones e imperativos.

El segundo punto sobre el que Gabriela nos propuso detenernos es en torno al lugar que toma en la clase la expresión “lo que habla”. En una lectura comparada del recorrido que se realiza en filosofía a partir de la cuestión del habla (en particular dentro de la obra de Heidegger) y el recorrido que realizará Lacan sobre todo a partir del Seminario 20 para hacer avanzar la cuestión de “lo que habl”, nos plantea que esta expresión llevará a Lacan a localizar el cuerpo como soporte de lo que habla. A diferencia de la filosofía que, en relación a “lo que habla” responde suponiéndole un ser.

Señaló aquí, también, una diferencia entre psicoanálisis y psicología en el sentido de que la propuesta de Lacan es que se habla con el cuerpo y no que el cuerpo habla. Ese valor instrumental del cuerpo, va en serie con la idea del cuerpo como soporte, como sustrato, como supuesto. Es el cuerpo el que le da sustancia al hablar. Quizás por esta razón Gabriela propuso titular el recorrido que puede localizarse en esta clase “entre el cuerpo y el ser: lo que habla”.

Por otro lado, nos recordó que, lo que habla no se puede atrapar a sí mismo, en la medida en que lo que dice resulta afectado por la falta en ser. En este sentido, en lo que habla se aísla por un lado, un imposible, pero también se aísla la posibilidad de escritura en relación a las huellas que se van produciendo. Esas huellas, esas letras que se atrapan en un análisis, no son un metalenguaje no son pre discursivas.

Luego Gabriela propuso delimitar algunos puntos de la clase “La rata en el laberinto”. En particular, se detuvo en un comentario que en el inicio de la clase Lacan realiza, para señalar que, sea que se lo traduzca diciendo que “no sabe si ha salido del campo que venía despejando durante 20 años” o “No está seguro de estar en el campo que despejó durante 20 años”, en cualquier caso, comienza la clase con un comentario que parece delimitar el carácter de clivaje que va a tener este año de su enseñanza. ¿Clivaje en torno a qué? Gabriela subrayó que si bien suele referirse la enseñanza de este año del seminario al campo del amor y del goce, es la cuestión del saber la que se está articulando a través de ellos. En relación al saber propondrá delimitar dos preguntas. Por un lado, ¿qué se puede saber en un análisis? y por otro lado ¿qué salida hay al Uno? Estas cuestiones pueden explorarse en el camino que va del Uno, aislado en el Seminario 19, a la dimensión del saber propuesta en el Seminario 20 como goce en ejercicio o aparato de goce.

Propuso aislar, por un lado, el saber que se articula o la dimensión enunciada del saber, y por otro lado, la dimensión de resonancia que hay en el saber, Es decir lo que suena a través de, por ejemplo, la homofonía. Es aquí que propuso localizar las huellas que se circunscriben en un análisis y pueden leerse, y a las que se refirió anteriormente. Se trataría de dos dimensiones del saber, una articulable a la cuestión de la comunicación y otra a la dimensión de lalengua. En el saber siempre se articulan estas dos dimensiones Para finalizar propuso subrayar la referencia que hace Lacan en la clase a Bateson y a la función de los metálogos que este autor trabajó.

Luego, Marisol Gutiérrez se detuvo en el punto 2 de la clase “La rata en el Laberinto”, retomando lo que se viene conversando en torno al lenguaje como elucubración de saber sobre lalengua y no solo comunicación. Propuso retomar la cuestión que Lacan menciona respecto del surgimiento de la pregunta relativa al saber del ser ¿cómo el ser puede saber algo? Lacan refiere que su extremo cómico son los seres que hablan, preguntándose qué podría ser el saber de los que no hablan.

Con esta referencia Marisol propuso introducirnos en la reflexión que Lacan realiza respecto del experimento de las ratas. Lacan señala que por esa vía se intentó establecer qué era el saber y qué era aprender, subrayando que a la rata se la aprehende como cuerpo y no como ser. Y es de ese cuerpo que se establece su unidad ratera. Propuso detenernos en la pregunta que se realiza Lacan respecto al cambio de discurso que -hay que suponer- se produjo, para que se interrogue al ser respecto al modo en el que podría superarse -entendido esto como aprender más de lo que necesita su ser para sobrevivir como cuerpo- o aprender a aprender. Señaló así el paso de la pregunta por el saber a la pregunta por el aprender.

Acompañándose del artículo de F. Vitale “Una aprehensión lacaniana publicado en Virtualía n° 17, Marisol señaló que es en este capítulo del Seminario en donde puede localizarse el cambio de discurso, signado por la sustitución de la pregunta por el saber a la pregunta por el aprender. A partir del cual el aprendizaje se transformó en un significante amo del discurso contemporáneo. Sustitución que alcanzó al psicoanálisis que en algunas de sus escuelas se vio tomado por la lógica, por ejemplo, de la educación emocional. Variación que el aporte de Vitale permite pensar como una rotación hacia el discurso universitario. Marisol propuso también articular esto con el deslizamiento señalado en el Seminario 17 del amo antiguo al moderno, en donde el lugar del saber ocupa el lugar de mando ya que en el discurso universitario S2 es el que está en el lugar de mando. Propuso que lo situado en esta clase puede articularse a la mención que realiza en el seminario 17 respecto a que no hay ninguna relación entre el sujeto del conocimiento y el sujeto del significante

La distinción entre la pregunta del saber y la pregunta por el aprender permitió subrayar la búsqueda que Lacan está realizando allí respecto de si en el saber es posible localizar algo más que la articulación significante, un plus.

Luego, la discusión se desplegó en torno a la cuestión de la exploración del saber que se realiza en la clase a partir de preguntarse por el estatuto del saber en lo que no habla. O, dicho de otro modo, por el estatuto del saber más allá de lo articulado, respecto de lo cual el cuerpo produce una unidad imaginaria que se juega en el tener un cuerpo. Por esta vía, también se subrayó cómo Lacan introduce la cuestión del signo como diferente al estatuto del saber articulado. Con esta diferenciación Marisol nos propuso releer una frase final del capítulo: “el individuo afectado de inconsciente es el mismo que hace lo que llamo sujeto de un significante. Para el ser hablante, porque hay inconsciente, el significante se convierte en signo”. Es decir, que del 1 entre otros hay un S1 que alza vuelo y es eso lo que produce la unidad de copulación del sujeto con el saber. Es por esta vía que puede diferenciarse el saber de la articulación del saber del Uno, lo que puede extraerse entre los dichos como un decir.

Gabriela aportó para finalizar una referencia a Palomera, quien plantea que en esta clase bajo la relectura del saber lo que se introduce es una redefinición del inconsciente.