Clase 14 – 25 de octubre 2023
Reseña por Lucia Secco
En la clase correspondiente al capítulo “Lacan, el discurso, la política”, contamos con la presencia de Cecilia Fasano, quien propuso abordarla desde el contexto histórico y político, para luego ubicar la conceptualización de la noción de discurso y política desde la perspectiva del psicoanálisis de la orientación lacaniana.
Teniendo en cuenta que el desarrollo de esta clase de Miller es posterior a su visita a EEUU, con motivo de un coloquio dedicado a Lacan, Cecilia Fasano argumentó la incompatibilidad de la práctica del psicoanálisis en EEUU, con la práctica realizada en Francia. Cito a Miller en Introducción al método psicoanalítico (1987): “el rasgo propio de nuestra práctica es no tener patrones. (…) Tenemos principios. Por supuesto es necesario tratar de formalizar esos principios”.
Por otro lado, Freud en “El malestar en la cultura” -Miller lo menciona en este capítulo- califica a EEUU de padecer una “miseria psicológica” ya que allí lo que domina es la identificación horizontal, se es lo mismo que el otro: esta similitud expulsa la alteridad y pierde la relación con el Otro como tal. En función de este contexto Miller expresa; “dictar una conferencia en EE. UU. es nadar a contracorriente”
A continuación, Cecilia propuso tomar dos sentidos del término discurso:
– Discurso como doctrina/enseñanza; entendiendo que Lacan sostuvo un discurso que transformó al psicoanálisis, y esto fue tomado por otros como materia de enseñanza. Con la particularidad de ser un discurso que demuestra que ningún discurso puede decir toda la verdad.
– Discurso como matema; concepto que inventó Lacan en 1971, para formalizar de manera simbólica los términos de una estructura y los elementos que la componen. El matema del discurso es una fórmula que permite escribir la lógica del lazo social.
La teoría de los cuatro discursos fue presentada en el Seminario 17: El reverso del psicoanálisis y en “Radiofonía”. Plantea que el referente de un discurso (lo que ese discurso quiere dominar o domesticar) es un modo de tratar el goce: modo Amo, Universitario, Histérico, Analista
En este capítulo, Miller promueve considerar que el discurso es lo universal de los lazos (…) Hay dos maneras de pensar este lazo social. (…) De modo horizontal, fundamentado ante todo en el reconocimiento por parte del uno de que hay un otro que es el mismo, y de modo vertical, como el reconocimiento de que hay otro que no lo es, que es diferente.” (p. 218)
Para abordar la política, Cecilia recurrió al texto de Miller: Política lacaniana (1999), donde el autor distingue tres sentidos de la palabra política:
– La política en general: es el sentido de la obra clásica de Aristóteles, Politiká, que introdujo el término griego polis “asuntos de las ciudades”, todo lo relativo a lo que es común a los ciudadanos en una comunidad determinada.
– La política en el psicoanálisis: es la posición de los analistas en las instituciones, cómo se organizan en torno a la causa analítica. Efectivamente Lacan se las arregló de modo diferente a como lo hizo Freud con la IPA. La Escuela no es una continuidad de la IPA, por eso la calificó de experiencia inaugural.
– La política en la cura: entendiendo la propuesta de Lacan en la dirección de la cura analítica, fundamentada en la idea que el analista tiene de la transferencia, y la idea que tiene acerca de la interpretación; ambas están subordinadas o dependen de la formación de los analistas, esto es política en la cura.
Para Lacan la política del psicoanálisis está en relación al deseo; opuesta a cualquier política de reeducación emocional que apunta a una adaptación -observamos un nuevo contrapunto con el psicoanálisis en EEUU.
Aquí la docente retomó el primer apartado de la clase de Miller titulado “Política y ética”, en el que si bien vincula la política a la ética, no obstante, establece una distinción entre ambos: la ética concierne al uno, mientras que la política es de orden de lo colectivo. La ética se dirige a los sujetos uno por uno, aunque haya varios, los toma uno por uno. La política, en cambio, es la dimensión humana de lo colectivo, en nuestro tiempo es la cuestión del para todos.
Miller afirma que el acento respecto de la política en psicoanálisis es saber, ¿cómo se pasa del sujeto a lo colectivo? ¿cómo se pasa del uno a que éste constituya un conjunto? Habrá que tener en cuenta que entre el uno y el conjunto de los unos, “unos juntos”, hay un vacío. Este es el punto de partida de una reflexión psicoanalítica sobre la política. Por último, retomando que la política procede por identificaciones, enfatiza que lo propio del psicoanálisis consiste en operar a la inversa, es decir ir en contra de las identificaciones del sujeto, ya que una a una, la cura las deshace. Enfrentar al sujeto con su propio vacío, despejar el sistema que, a su pesar, ordena sus elecciones y su destino. En este sentido, el psicoanálisis es exactamente el reverso de la política.