Clase 1
Reseña por Marisol Gutiérrez
En el primer encuentro de Leer Aún, Gabriela Rodríguez presentó la propuesta de un modo de lectura para este seminario de Lacan: abordar lo imposible en juego por la vía de los fragmentos, haciendo alusión a los dos modos de leer planteados por Fabián Naparstek en la Conferencia inaugural. Trajo, a su vez, una referencia de Daniel Arasse, respecto de la duplicidad en el uso del término “detalle” en la lengua italiana, diferenciando el particolare -donde quien mira/lee destaca, recorta algo de la obra- del dettaglio -aquí el propio lector es quien es leído-, proponiendo ese doble movimiento para el trabajo que nos daremos sobre cada clase del Seminario. Recordó lo que para Lacan -no sin ironía- sería un modelo de buena lectura, cuya condición es ponerse límites.
Por mi parte, presenté algunos puntos del Seminario 19, … o peor, como antecedentes para destacar y contextuar este momento de la enseñanza: la inexistencia del Otro y la existencia del Uno, el uso lacaniano de las matemáticas, el Uno que se repite y el que se produce, el que no se sostiene del sentido, la perturbación que afecta al cuerpo a partir del encuentro contingente entre el significante y el goce, la noción de existencia vaciada de toda connotación filosófica y su uso lógico, situando el punto donde toda elaboración cesa, para distinguir lo que puede y lo que no puede escribirse, señalando la importancia de este cambio de axiomática en la enseñanza de Lacan y lo que de allí se desprende como orientación clínica.
Gabriela tomó dos líneas de la primera clase, partiendo del ser hablante acostado en la “cama”, a la que propuso pensar como una suerte de operador del que Lacan se sirve para aislar modos de abordaje del goce sexual a partir de un imposible. Hay una articulación entre goce y derecho, que requiere deslindar lo que atañe a este último y lo que tiene que ver con el discurso analítico. Hay lo que del lenguaje se sedimenta en códigos, esos que los hombres se dan a sí mismos para regular la vida y hay el ser hablante cuya acción corroe, molesta esos universales.
En esta línea, tomó una referencia de San Agustín que permite trazar la distinción entre goce y utilidad; el útil concebido en el registro del uso para otra cosa y el gozar como aquello “que no sirve para nada”, tal la definición paradojal que Lacan nos propone.
El segundo punto destacado, se concentró en la hipótesis de compacidad, que involucra una falla (compacidad no es complementariedad) que delimita una zona-espacio en la que dos seres convergen sin alcanzarse, donde se articulan finito e infinito, contable e incontable. Lacan se vale y combina topología, mito (de don Juan) y paradoja (de Zenón) para decir algo de esta condición paradojal del goce sexual. Las intervenciones de los participantes provocaron una conversación sobre algunas cuestiones mencionadas, introdujeron otras nuevas y abrieron preguntas que dejaron ver los efectos del funcionamiento de la propuesta mencionada al inicio.
